
El tramo más imponente se encuentra entre las ciudades de Castellane y Moustiers-Sainte-Marie, amurallada por una caída de piedra caliza y con un recorrido que desemboca en el lago artificial de Sainte-Croix-du-Verdon. El cañón, es uno de los más espectaculares de todo Europa y está frecuentado por turistas, especialmente en verano y atraídos por la posibilidad de escalada o paseos en kayak, pesca, parapente y caminatas. La razón por la que tanta gente acude a disfrutar del lugar le encontrarán con claridad en cada foto:











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