viernes, 4 de mayo de 2012

La isla de los Pinos

Si observamos el perfil de la costa en numerosos ángulos de Nueva Caledonia, el archipiélago en la Melanesia (Oceanía) al sudoeste del Pacífico, observamos árboles con forma de columnas que sobresalen por sobre el resto de la vegetación. Son los llamados pinos columnares (Araucaria columnaris), con su silueta delgada y alta. De hecho, en Nueva Caledonia existe una isla conocida como Isla de los Pinos por su particular vegetación.




Nueva Caledonia es una isla que puede considerarse especial en cuanto a su origen, ya que a diferencia de otras tantas islas del Pacífico, no es de origen volcánico, sino que es un antiguo fragmento del supercontinente Gondwana, por lo que su flora y fauna tuvo una evolución muy particular. Con su clima tropical más seco, presenta especies que también se observan en América del Sur, en Nueva Zelanda y en Australia, y entre ellas, la conífera araucaria columnaris, un árbol cónico que puede alcanzar hasta 60 metros de altura y que es sumamente llamativo observarlo junto a una playa de arenas blancas y mar turquesa. Incluso, en la Isla de los Pinos es capaz de crecer en sustrato de Coral.




































Puente de Pythonbrug



Amsterdam contiene un curioso puente, con una forma pocas veces vista.

El puente fue diseñado en 2001 por Adriaan Geuze. El nombre del puente es Pythonbrug y fue engendrado en el estudio de arquitectura donde Geuze trabajaba. Cuanto más se acerca uno al puente, más tiene la sensación de que su nombre cobra vida, ya que en la traducción, Pythonbrug significa Anaconda o Puente Python.

La función básica del puente Anaconda es conectar directamente con la silueta de las orillas de Sporenburg, una zona que solía ser portuaria y hoy se ha convertido en uno de los barrios más modernos de toda Ámsterdam. De este modo, y conectando también con Borneo, las funciones básicas del puente, además de maravillar a la vista y a los sentidos, es que una vez uno cruza el puente, se impone a conocer de una manera u otra los barrios de ambos márgenes en los litorales de las ciudades holandesas.

Con un total de unos 93 metros de largo, no es apta para cruzar andando o en bicicleta, aunque sólo los peatones y los ciclistas pueden cruzarlo, a no ser que lo que se pretenda sea realizar un intenso ejercicio físico o simplemente pasar la tarde en un viaje de ida, y otro de vuelta. Pero en definitiva, será uno de los paseos más bellos que jamás habrás realizado, ya que las vistas que podrás descubrir caminando por Pythonbrug serán, sin duda, una de las mejores que hayas visto en tu vida.

Por lo tanto, y una vez descubierta esta auténtica maravilla creada por los diseñadores más extravagantes de los últimos tiempos, no te puedes perder este monumento digno de una visita a Ámsterdam. Una obra de arte en mitad de las ciudades de Holanda. Una auténtica estampa que recrea una espectacular serpiente gigante de hierro.

Cuenta con más de 2.000 diminutas bombillas para su iluminación, convirtiéndose en un puente particularmente atractivo de ver por la noche.

Como curiosidad, apareció en varias películas de Hollywood, entre ellas James Bond (Diamantes para la eternidad).


Puente Pythonbrug 
 
 
Puente Pythonbrug