lunes, 10 de septiembre de 2012

Nimiokoala




La fauna australiana cuenta con una larga lista de marsupiales que se han ido extinguiendo a lo largo de tiempo. Entre ellos se encuentra el nimiokoala, un pequeño tipo de koala que vivió durante el Mioceno al norte del continente.

Sus registros se basan en los restos de cráneo que fueron hallados y que para gran sorpresa de la comunidad científica se encontraban bien conservados. Conozcamos un poco en sobre el ancestro de nuestros simpáticos koalas actuales.



¿Cómo eran los nimiokoalas?

Al igual que sus descendientes, los koalas actuales, los nimiokoalas eran animales arborícolas, robustos, con patas cortas y brazos largos que les permitían trepar por los árboles y mantenerse viviendo en ellos. Poseían complejos molares en forma de tijeras dentadas con los que podían cortar fácilmente la vegetación frondosa de la zona. También eran tan perezosos como los de hoy día. Sin embargo, eran más pequeños (25-30 centímetros) y con un hocico mucho más aguzado.



Hábitat del nimiokoala

Al parecer vivieron hace millones de años atrás en la región llamada Riversleigh, que en esa época estaba cubierta por densos bosques, aunque también había zonas más claras y arroyos de agua dulce. Igual que en la actualidad, estos marsupiales vivían trepados en los árboles, lugar donde desarrollaban su ciclo de vida completo.


¿De qué se alimentaban los nimiokoalas?


Se cree que los nimiokoalas debieron alimentarse de las hojas de los árboles que habitaban; sin embargo, no se sabe a ciencia cierta si estaban especializados en las hojas de eucalipto como lo hacen sus descendientes. Es probable que su dieta consistiera en una variedad de hojas, pues rica era la flora en el Mioceno. Los eucaliptos entonces no eran el árbol predominante, quizás luego, cuando se hizo extensivo su hábitat en el continente, se produjo una adaptación en las especies de koalas posteriores que los hizo cambiar su costumbre alimenticia.





Hábitos reproductivos de un nimiokoala

Dado que era una marsupial, este mamífero debió tener una bolsa para llevar a sus crías, cuya abertura los expertos suponen hacia atrás, tal como ocurre con los koalas y los wombats. Los hijos continuarían con su madre en la marsupia hasta el destete. Por otra parte, hay evidencias craneales de que tenían la capacidad de producir fuertes bramidos ―aunque menos potentes― para atraer a sus parejas y avisarle a sus compañeros de la cercanía de depredadores.



Del nimiokoala al koala

Del nimiokoala al koala se produjeron cambios en la anatomía craneal, en particular en la facial, para enfrentar las exigencias del cambio de dieta, pero manteniendo la sofisticación auditiva. Los científicos consideran que la configuración moderna es, por tanto, un resultado de reajustar sus habilidades masticatorias sin comprometer en lo absoluto su complejo sistema auditivo.



Aunque el nimiokoala sea un marsupial ya extinto, su conocimiento nos muestra una vez más cómo se produce ese maravilloso proceso que es la evolución natural, de modo que las distintas especies ganan habilidades para adaptarse a las nuevas exigencias de su entorno.

Scala dei Turchi

Esta playa entre acantilados blancos se encuentra en Italia.





El acantilado rocoso que es Scala dei Turchi forma parte de la costa de Realmonte, cerca del Puerto Empedocle, al sur de Sicilia. Ese particular color blanco está constituido de marga, una roca sedimentaria que colorea el paisaje como ninguno otro elemento podría hacerlo.





Además, para ambos extremos existen dos playas con arena perfecta a las que se accede a través de una forma natural que se ha dibujado sobre la roca que la hace parecer una escalera, y de allí su nombre (ya que scala es escalera en italiano). La referencia a los turcos mantiene vivo los tiempos en que se llevaban a cabo redadas entre éstos y los piratas de la Costa Bárbara.

Todo un escenario que no puede dejar de cautivar los sentidos: las ondulaciones que parecen talladas a mano, el sonido del mar en su constante devenir, las aves revoloteando. Un costado costero que, podríamos decir, resulta bastante inesperado en Italia.









La “Scala dei Turchi” está precisamente a 18 kilómetros de Agrigento en la isla de Sicilia. Cuando uno se va acercando por la carretera principal, más y más, la formación se ve levantarse imponente en el horizonte. Basta esa primera impresión para anticipar la belleza que la naturaleza nos ha guardado frente al mar.

Al enfilar hacia las playas, donde el agua los asombrará por lo prístina que es, las escaleras famosas se dibujarán ante nosotros invitándonos a seguirlas hasta desembocar frente al horizonte. Las playas que encontrarás en la Scala dei Turchi son Rosello, Giallonardo, Le Pergole y Punta Grande, que son ideales para retozar al sol y dejarse acariciar por su arena fina.




Aunque la muralla rocosa nos haga pensar que estamos en un lugar aislado y alejado de todo, lo cierto es que muy cerca de estas playas encontraremos restaurantes, hoteles, con todo lo que se necesita para poder armar un viaje de algunos días en este rincón de Italia.

Por supuesto en verano es cuando encontrarás la actividad a pleno porque los turistas aprovechan los días para refrescarse en el mar pero, al caer el sol, las fiestas y conciertos al aire libre se multiplican, haciendo que la diversión esté garantizada. Si prefieres cambiar fiestas por conocer algo más de la cultura de Sicilia, nada mejor que planificar (o improvisar, eso va a gusto de cada uno) una visita al pueblo de Realmonte, conocer la Torre de Monterosso y los restos de una hermosa Villa Romana. También puedes recorrer Agrigento y el Valle de los Templos, créeme que no te imaginas todo lo que esta isla tiene para mostrar.






Canguro de árbol




Un paseo por la región boscosa de Oceanía puede revelarnos la existencia de un mamífero especial: el canguro de árbol.

Este hermoso y exótico marsupial ―que no se parece a los canguros que conocemos― sólo vive en las selvas tropicales de Australia, en Papúa Occidental y en Papúa Nueva Guinea, lugares aún no perturbados por la agresión del ser humano. Si nos subimos a los árboles que allí crecen podremos verlos muy de cerca y conocer todo sobre sus costumbres y medio ambiente.



Hábitat del canguro de árbol

Como lo indica su nombre, el canguro de árbol se pasa la mayor parte del tiempo subido en los árboles de los bosques nublados y montañosos que le sirven de hábitat. La altitud allí alcanza los 3.350 metros. Para poder treparse, ha desarrollado adaptaciones como las extremidades anteriores cortas y muy fuertes, lo cual le brinda una apariencia a medio camino entre el canguro y el lémur.



¿Cómo luce un canguro de árbol?

El canguro de árbol es muy bien parecido. Pues sí, es ese tipo de animales que agrada a la vista. No son muy grandes, miden sobre los 41-77 centímetros y pueden llegar a pesar casi 15 kilos. Su cola es larga en relación al cuerpo, su pelaje es llamativo, sobresaliendo los tonos marrones y rojizos, aunque su cara y su cola tienen franjas blancas.

El hocico de este animal es largo y sus orejas muy cortas. Poseen dientes también cortos y afilados para poder cortar las hojas de los árboles. En la parte frontal de las hembras se localiza una bolsa, como sucede con los marsupiales, que sirve para llevar a las crías.



Alimentación de los canguros de árbol

Los canguros de árbol se alimentan principalmente de hojas de los árboles, pero también pueden comer flores, helechos, musgo, brotes de hierba y corteza. En dependencia de la estación del año de que se trate, estos marsupiales se las agencian para consumir los frutos que crezcan en su entorno.



¿Cómo se reproducen?

Al parecer, los científicos no han podido saber cómo es que se atraen los machos y las hembras para reproducirse; sin embargo, se conoce que dan a luz una sola cría en un período de gestación de 44 días. Al nacer, el pequeño se desplaza hasta el pezón que hay en la marsupia y allí, muy bien protegido, se desarrolla la etapa de lactancia, que dura alrededor de 10 meses.

El destete final se produce a los 13 meses de edad aproximadamente, mas continúan apegados a sus madres hasta los 18, momento en que sí se separan para formar una nueva familia.

Comportamiento social de los canguros de árbol

Aunque poco se conoce sobre el comportamiento social de los canguros de árbol, se cree que son animales de hábitos solitarios. Las hembras y los machos no forman un hogar, como ocurre en otras especies. Estos últimos son polígamos, es decir, interactúan con distintas hembras, las que siguen, no obstante, siendo independientes. El único vínculo social fuerte que establecen es con sus propias crías.

Estos mamíferos tan especiales, los canguros de árbol, están en peligro de extinción debido a la cacería indiscriminada y a la pérdida de sus hábitats, lo que ha reducido dramáticamente su número en los últimos 30 años. Y aunque se han hecho esfuerzos en las regiones donde viven para conservarlos.