martes, 28 de febrero de 2012

Gryfino


 
Un conjunto de 400 pinos fueron plantados en Polonia en la década de los años 30 del siglo XX con el fin de ser una reserva para construir navíos; su anormal torsión hacia el norte de 90° ha dado pauta a las más disímbolas teorías.

No hay información muy clara del origen de estas coníferas y si muchas leyendas, pero lo que si es evidente es que estamos ante un bosque sin igual en el planeta. Y es que, como si se hubiesen puesto de acuerdo, estos árboles tuercen su tronco formando una curva para luego regresar “al redil” y seguir creciendo verticalmente.
La historia con mayor aceptación es aquella donde se asegura que este desconcertante fenómeno es producto de la intervención del servicio secreto alemán que, durante la ocupación en territorio polaco, echó mano para alterar el patrón natural de crecimiento de los pinos. Sin embargo, los habitantes de Gryfino aseguran que se trata de un capricho estético de la naturaleza ya que, su madera ni siquiera es útil para la construcción de muebles.
 

Tongariro


 
El Parque Nacional Tongariro, en Nueva Zelanda, es uno de los paisajes más populares del país, conocido por haber representado a Mordor en El Señor de los Anillos. Fue fundado en 1887, siendo el primero de los catorce que hay en el país, y el cuarto en el mundo. Es Patrimonio de la Humanidad por sus características pendientes volcánicas y por el respeto a la cultura Maorí. Está situado en el dentro de la isla Norte del país, cercano a Auckland. Su nombre viene de Tonga (viento del sur) y Riro (dejarse llevar). Allí podremos encontrar campos de hierba, bosques, altiplanos desérticos, lagos y volcanes activos.

En sus 795 mil kilómetros cuadrados, podemos encontrar tres volcanes -Ruapehu, Ngauruhoe y Tongariro- en actividad con casi tres mil metros de altura, el sello máximo de identidad del Parque. Se encuentran alineados, uno muy cerca del otro, y en invierno, sus cimas se encuentran cubiertas de nieve. El Ruapehu tiene múltiples picos, y en su cima hay una lago de color verde, mientras que el Tongariro es el de menor altura. Por su parte el Ngauruhoe es de forma cónica, con un solo tiro y laderas perfectamente simétricas, y en la película de El Señor de los Anillos representa al Monte Doom. Podemos también admirar extrañas especies de flora y fauna, como el kiwi marrón, el pato azul, el fernid o pájaro de los helechos, el chorlito de doble collar y la karearea; aunque también podemos divisar fácilmente el tui, el pájaro campana de Nueva Zelanda, el búho del sur, la curruca gris, el ojo-plateado, los murciélagos de cola corta y larga, las comadrejas, gatos salvajes, liebres, zarigüeyas y ciervos rojos.

Si dejamos a un lado la belleza natural, podemos disfrutar también de varios lugares religiosos Maorí -una etnia autóctona de Nueva Zelanda-, que consideran a las cumbres de las montañas sagradas, y les dan el nombre de tapu. El parque se desarrolló gracias a Te Heuheu Tukino IV, el jefe más importante del clan Māori Ngati Tuwharetoa iwi, para proteger las montañas de la explotación de inmigrantes europeos.


Ofrece la posibilidad de realizar una caminata de un día (aproximadamente 17 kilómetros) o un circuito de tres días en el parque, durmiendo en diferentes refugios. También es ideal para realizar esquí -el Whakapapa y el Turoa son los centros de equí más grandes del país- o snowboard durante la época de invierno. Dentro de las fronteras del parque, los únicos asentamientos son la aldea base de turismo de Whakapapa y la aldea Iwikau, aunque podemos encontrar otros en los alrededores del parque.

Las islas Lofoten


La islas Lofoten son un archipiélago de Noruega, por encima del Círculo Polar Ártico. Su nombre proviene de ‘lo’ que significa lince, y ‘foten’, que es pie, y este nombre se debe a que, desde el aire, los picos puntiagudos de la cadena de islas parecen eso: pies de lince. Son características por sus montañas y picos, las pequeñas isletas, las playas y los lugares vírgenes.

Sus principales islas son Austvågøy, Gimsøy, Vestvågøy, Flakstadøy, Moskenesøy, Værøy y Røst, donde podremos dar un paseo en moto de nieve, navegar en el barco Fram o contemplar el estrellado anochecer. Las formaciones rocosas se elevan como un muro o muralla natural, en un clima frío, aunque con temperaturas agradables teniendo en cuenta la situación geográfica. Esto hace que no se congele, siendo una particularidad del lugar esta anomalía climática. Su temperatura media permanece sobre los 0 grados durante todo el año, con inviernos suaves gracias a la Corriente del Golfo. 

Paisajes quietos, playas hermosas, picos nevados, fauna, un verde panorama en verano, el sol de medianoche en invierno, y el mayor arrecife de coral en aguas profundas. Dos principales ciudades -Leknes y Svolvær-, pueblos de pescadores, buenos servicios y gran variedad de atracciones turísticas. Podemos realizar paseos en bicicleta -hay una ruta popular y muchos senderos panorámicos-, senderismo, pesca, rafting, observación de ballenas, buceo, vela, piragüismo, entre otros. Podemos visitar el Parque Nacional Møysalen, el Museo Vikingo Lofotr, el Museo de Lofoten y el Museo del Pueblo Noruego de Pesca; así como también el Acuario de Lofoten. Si nos gusta la aventura, no podemos dejar de viajar por las Moskenesstrømmen, consideradas unas de las corrientes circulares más peligrosas; y si nos gusta la historia podemos probar suerte en el pueblo Nusfjord, con sus construcciones entrecruzadas de finales del siglo XIX, y en Eggum y Unstad las casas están agrupadas tal como estaban en la Edad Media. 

Podemos llegar a Lofoten por sus tres pequeños aeropuertos, por mar con un ferry panorámico, o por carretera a través de puentes y túneles submarinos. Los hoteles en las islas son pequeños, y el alojamiento suele basarse en cabañas de vacaciones y tradicionales de pescadores, así como también moteles. La ofertas de bares y restaurantes es amplia, aunque no son muy económicos. También es posible disfrutar de la vida nocturna, y es un destino turístico seguro, sin grandes problemas de delincuencia.