El Parque Nacional Tongariro, en Nueva Zelanda, es uno de los paisajes más populares del país, conocido por haber representado a Mordor en El Señor de los Anillos. Fue fundado en 1887, siendo el primero de los catorce que hay en el país, y el cuarto en el mundo. Es Patrimonio de la Humanidad por sus características pendientes volcánicas y por el respeto a la cultura Maorí. Está situado en el dentro de la isla Norte del país, cercano a Auckland. Su nombre viene de Tonga (viento del sur) y Riro (dejarse llevar). Allí podremos encontrar campos de hierba, bosques, altiplanos desérticos, lagos y volcanes activos.
En sus 795 mil kilómetros cuadrados, podemos encontrar tres volcanes -Ruapehu, Ngauruhoe y Tongariro- en actividad con casi tres mil metros de altura, el sello máximo de identidad del Parque. Se encuentran alineados, uno muy cerca del otro, y en invierno, sus cimas se encuentran cubiertas de nieve. El Ruapehu tiene múltiples picos, y en su cima hay una lago de color verde, mientras que el Tongariro es el de menor altura. Por su parte el Ngauruhoe es de forma cónica, con un solo tiro y laderas perfectamente simétricas, y en la película de El Señor de los Anillos representa al Monte Doom. Podemos también admirar extrañas especies de flora y fauna, como el kiwi marrón, el pato azul, el fernid o pájaro de los helechos, el chorlito de doble collar y la karearea; aunque también podemos divisar fácilmente el tui, el pájaro campana de Nueva Zelanda, el búho del sur, la curruca gris, el ojo-plateado, los murciélagos de cola corta y larga, las comadrejas, gatos salvajes, liebres, zarigüeyas y ciervos rojos.
Si dejamos a un lado la belleza natural, podemos disfrutar también de varios lugares religiosos Maorí -una etnia autóctona de Nueva Zelanda-, que consideran a las cumbres de las montañas sagradas, y les dan el nombre de tapu. El parque se desarrolló gracias a Te Heuheu Tukino IV, el jefe más importante del clan Māori Ngati Tuwharetoa iwi, para proteger las montañas de la explotación de inmigrantes europeos.
En sus 795 mil kilómetros cuadrados, podemos encontrar tres volcanes -Ruapehu, Ngauruhoe y Tongariro- en actividad con casi tres mil metros de altura, el sello máximo de identidad del Parque. Se encuentran alineados, uno muy cerca del otro, y en invierno, sus cimas se encuentran cubiertas de nieve. El Ruapehu tiene múltiples picos, y en su cima hay una lago de color verde, mientras que el Tongariro es el de menor altura. Por su parte el Ngauruhoe es de forma cónica, con un solo tiro y laderas perfectamente simétricas, y en la película de El Señor de los Anillos representa al Monte Doom. Podemos también admirar extrañas especies de flora y fauna, como el kiwi marrón, el pato azul, el fernid o pájaro de los helechos, el chorlito de doble collar y la karearea; aunque también podemos divisar fácilmente el tui, el pájaro campana de Nueva Zelanda, el búho del sur, la curruca gris, el ojo-plateado, los murciélagos de cola corta y larga, las comadrejas, gatos salvajes, liebres, zarigüeyas y ciervos rojos.
Si dejamos a un lado la belleza natural, podemos disfrutar también de varios lugares religiosos Maorí -una etnia autóctona de Nueva Zelanda-, que consideran a las cumbres de las montañas sagradas, y les dan el nombre de tapu. El parque se desarrolló gracias a Te Heuheu Tukino IV, el jefe más importante del clan Māori Ngati Tuwharetoa iwi, para proteger las montañas de la explotación de inmigrantes europeos.
Ofrece la posibilidad de realizar una caminata de un día (aproximadamente 17 kilómetros) o un circuito de tres días en el parque, durmiendo en diferentes refugios. También es ideal para realizar esquí -el Whakapapa y el Turoa son los centros de equí más grandes del país- o snowboard durante la época de invierno. Dentro de las fronteras del parque, los únicos asentamientos son la aldea base de turismo de Whakapapa y la aldea Iwikau, aunque podemos encontrar otros en los alrededores del parque.
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