lunes, 14 de mayo de 2012

Las Colinas de Chocolate de Filipinas



Entre los árboles frondosos asoman estos bombones de tamaño gigante, con ese característico toque marrón, dispersos aquí y allá por todo el terreno, bajo un cielo encapotado de nubes. Aunque parezca todo demasiado surrealista para imaginarlo, esa es la impresión que nos ofrecen las colinas de la isla Bohol, en Filipinas. Una obra de la naturaleza donde las colinas se asemejan a estos apetecibles bombones, especialmente en invierno, cuando los pastizales que cubren las laderas se secan dotándoles de un característico color marrón.

Estos conos son una formación geológica única. En total, suman 1268 colinas casi todas ellas perfectas en su forma y tamaño, lo que da la sensación de que cada una de ellas no es sino una réplica de la anterior, un bello y llamativo espejismo reproducido en una superficie de más de 50 kilómetros cuadrados que recrea un paisaje uniforme, pero encantador. La altura de estas colinas alcanzan los 100 metros de altura con facilidad, algunas los 120, y su analogía con los bombones les ha valido para bautizarlas con el nombre de “Chocolate Hills” o “Colinas de Chocolate“. Todo un atractivo turístico de Filipinas compuesto por estos conos marrones, además de campos de arroz y características viviendas de bambú, que hacen del lugar un paisaje pintoresco de gran belleza y un buen ejemplo de topografía karst.

El origen de estas curiosas formaciones naturales de Filipinas no ha encontrado ninguna teoría consolidada. Entre las más aceptadas y probables está esa que apunta a que las colinas pudieran haber sido alguna vez depósitos de piedra caliza bajo el mar que hubieran ido levantándose por el movimientos de las placas. El resto pudo haber sido obra de la erosión del viento y del agua de la lluvia, cuyos efectos ya sabemos de sobra que producen paisajes espeluznantes y también hermosos parajes. Para los amantes de leyendas, también Chocolate Hills tiene una versión para ellos. Cuentan que los conos de Filipinas son las lágrimas secas de un gigante inmortal llamado Arogo que lloró amargamente por la muerte de su amada. Sea cual sea el origen de estas fabulosas colinas, hay que ir a visitarlas para deleitarnos la vista con el paisaje. No en vano estos bomboncitos de chocolate se han convertido en el gran foco turístico de Filipinas.

La Cheka


 
La madrugada del 11 al 12 de abril de 1918 fue una noche de cuchillos largos en Moscú. Mil agentes de una desconocida agencia estatal irrumpieron en los domicilios de quinientos ciudadanos sospechosos de militar en organizaciones anarquistas. Se trataba de una agencia recién creada a la que llamaban Cheka y que dependía directamente del camarada Lenin.


La redada se saldó con la detención de todos los sospechosos y la ejecución sumaria e inmediata de un pequeño grupo en las dependencias que la organización acababa de estrenar en la plaza Lubianka, junto al Kremlin.


La Cheka era el tipo de organismo represor que Lenin venía buscando desde su ascenso al poder, unos meses antes. Las soflamas de liberación se habían apagado tan pronto como los bolcheviques se adueñaron del poder. Lejos de colmar las aspiraciones de los trabajadores rusos, la revolución encarnada en Lenin estaba tornándose muy impopular.


Los comunistas ya no eran vistos como libertadores, sino como bestias vengativas y sedientas de sangre que robaban al proletario para después entregar el botín al Partido.


La creciente desafección hacia la camada bolchevique hacía temer lo peor. Pero Lenin no tenía ninguna intención de desalojar el poder que tanto tiempo y esfuerzo le había llevado conquistar. Nada menos que una vida entera dedicada a la conspiración política coronada por un inesperado éxito en las jornadas de octubre. Tras ellas, y con intención de mantener a raya a los díscolos, encargó a uno de sus lugartenientes, el aristócrata polaco Felix Dzerzhinski, que formase una milicia dedicada a vigilar de cerca y reprimir los conatos de disidencia que fuesen apareciendo mientras el Partido se acomodaba en Moscú.


Dzerzhinski creo una "estructura ligera, flexible, inmediatamente disponible, sin un juridicismo puntilloso, sin restricción para tratar, para golpear a los enemigos con el brazo armado de la dictadura del proletariado". La "estructura" se escondió tras un nombre tan de aquel momento que nadie sospechó nada raro: "Comité Militar Revolucionario de Petrogrado".


El Comité de Petrogrado era algo necesariamente temporal. Dos meses después de establecerse se vio superado por los acontecimientos. Sus setenta integrantes se quedaban cortos para atender los frentes de la contrarrevolución, que cada vez eran más numerosos e incontrolables. En diciembre Lenin llamó de nuevo a Dzerzhinski para encomendarle la creación de una "comisión especial" que luchase "con la mayor energía revolucionaria contra la huelga general de los funcionarios y determinara los métodos para suprimir el sabotaje". Comisión especial en ruso se dice "Chrezvychaynaya Komissiya", es decir,Che-Ka.


Lenin andaba obsesionado con la Revolución Francesa, a la que consideraba precedente y madre nutricia de la rusa.


Quería encontrar un "Fouquier-Tinville que nos mantenga en jaque a toda la canalla revolucionaria", un "sólido jacobino revolucionario" que supiese estar a la altura de una empresa tan ambiciosa como la de demoler hasta los cimientos la contrarrevolución. Ese jacobino iba a ser, por méritos contrastados, el propio Dzerzhinski.




A mediados de diciembre estaba ya todo decidido. La Cheka sería la espada del Partido y así se hizo ver en el escudo de la organización, formado por una espada dorada de la que sobresalía, en relieve, la estrella de cinco puntas y el emblema de la hoz y el martillo.



Trotsky anunció a los suyos que "en menos de un mes el terror va a adquirir formas muy violentas". La apelación a los jacobinos era continua. El comisario del Pueblo para la guerra, recordó que la pena ya no sería "la prisión,si no la guillotina, ese notable invento de la gran Revolución Francesa".


Días después Lenin en persona se dirigió a un soviet de obreros fabriles para advertirles de que la Revolución se defendería con uñas y dientes. "¡A menos que apliquemos el terror a los especuladores –una bala en la cabeza en el momento– no llegaremos a nada!", les dijo llevado por el enajenamiento revolucionario que se apoderaba de él durante los mítines.


Dzerzhinski, por su parte, iba ultimando los detalles de la nueva agencia que tendría dos tareas fundamentales.



La primera "suprimir y liquidar todo intento y acto contrarrevolucionario de sabotaje".
La segunda "llevar a los saboteadores ante un tribunal revolucionario".
En marzo la Cheka quedó formalmente constituida. Estaba dividida en tres departamentos: información, organización y operación. Al principio sólo se le adjudicaron 400 funcionarios que pronto, en sólo tres meses, ya serían más de dos mil, a los que había que añadir un contingente de tropas especiales, militares debidamente entrenados en el contraespionaje que dependían directamente de la "Gran Casa", apodo que los chequistas pusieron al edificio de la plaza Lubianka.


Los efectivos de la Cheka aumentaron exponencialmente cuando la guerra civil se recrudeció en enero de 1919. Esta organización tenía una ventaja fundamental: operaba total y absolutamente al margen de cualquier ley o convención. Los disidentes y los soldados blancos la temían mucho más que al Ejército Rojo.

Los chequistas practicaban la tortura sistemáticamente y reservaban muertes atroces para los detenidos. Aplicaban el manual completo de tormentos medievales:
desollamiento, crucifixión, empalamiento, lapidación, horca... no había especialidad que los agentes de Dzerzhinski ignorasen.


Para atemorizar a la población civil organizaban espeluznantes ejecuciones públicas en las que desplegaban gran creatividad homicida. En las provincias del norte solían desnudar a los presos y verter sobre ellos agua que, a 30 grados bajo cero, se congelaba rápidamente formando estatuas de hielo vivientes. En ocasiones colocaban un tubo en la boca de los reos y deslizaban una rata sobre él para que ésta, azuzada por un tizón que el verdugo ponía en el otro extremo del tubo, desgarrase la garganta de los condenados hasta provocarles una espantosa muerte.


El fusilamiento era quizá el más benévolo de sus veredictos. Nadie estaba a salvo. Cualquiera mayor de ocho años era condenable al paredón. Las ejecuciones tenían que ser masivas y públicas para infundir un temor casi religioso entre los aldeanos.

En aquella guerra sin cuartel iba a ser el miedo a una represalia siempre inhumana el mejor aliado de los bolcheviques. La prensa del régimen se hacía eco de las proezas que la Cheka iba perpetrando por Rusia en cuidadas historias de portada que ponían los pelos de punta a cualquiera.


A cualquiera menos al camarada Lenin, decidido a hacer de su invento la columna vertebral de la nueva Rusia socialista.

En enero de 1920, coincidiendo con algunas de las masacres más pavorosas, se reunió con un soviet de líderes sindicales y les dijo con vehemencia: "No debemos dudar si fusilamos a miles de personas, y no dudaremos, y salvaremos el país".


Los excesos de la Cheka cruzaron las herméticas fronteras de Rusia y llegaron a Occidente. Pero la Revolución bolchevique tenía aún crédito ilimitado, nadie movió un dedo para denunciar la degollina sin cuento que estaba teniendo lugar en Rusia tras las bambalinas de la guerra civil. Dzerzhinski había cumplido. En 1922 la guerra terminó y, con ella, cualquier atisbo de disconformidad con los nuevos zares del imperio que, desde ese año, pasó a llamarse Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.


Había llegado la hora de convertir la "comisión especial" en algo más orgánico y propio de la nueva realidad posrevolucionaria.


De la Cheka nació la OGPU, siglas en ruso de Directorio Político Unificado del Estado. La palabra –Cheka– y la profesión –chequista– se resistieron a morir.

Los rusos siguieron conociendo a la temida policía política como la Cheka y hasta exportaron la idea (y el miedo) al extranjero, incluyendo la España republicana, donde el modelo soviético de policía política se aplicó con rectitud aterradora durante la guerra civil.




Se desconoce cuántas víctimas ocasionó la Cheka original en sus cuatro años escasos de vida, pero las estimaciones más moderadas calculan que la cifra asciende a las 200.000 personas.


Dzerzhinski nunca hubiera podido imaginar que su macabro invento pudiese llegar tan lejos y convertirse en un instrumento tan eficazmente mortífero.

Murió pocos años después, de un infarto, mientras pronunciaba un discurso.


La URSS le supo agradecer los servicios prestados erigiendo una monumental estatua de 15 toneladas esculpida en hierro en la plaza Lubianka, delante de su verdadero hogar, la "Gran Casa", la de la Cheka.

El valle de la Muerte



Por su nombre, ya despierta ciertas precauciones o simples juicios en contra de visitar este lugar situado en el Estado de California. Y es que el Valle de la Muerte, es un lugar que, por sus condiciones climatológicas hace auténtica referencia a su propio nombre, ya que la temperatura allí lo convierte en todo un infierno, ya que se acumulan altos grados de calor y la vida es muy difícil que pueda prosperar, debido a que la flora del lugar es totalmente seca.

Y es que el Parque Nacional del Valle de la Muerte, es un lugar único en el mundo. Eso sí, reservado solo y exclusivamente para los amantes de lo extremo, para todos aquellos que buscan la parte más seca, cruda y caliente de la naturaleza. Acudir al Valle de la Muerte, no es el viaje más típico para pasar unas vacaciones, pero los gustos del ser humano por descubrir aquello a lo que los demás no se atreven es algo muy fuerte, por lo que conocer uno de los lugares más inhóspitos de toda la Tierra resulta realmente un tema para contar para todos los lectores.

Este parque se extiende a lo largo y ancho de unos 13.518 km² y ocupa además de todo lo que está protegido en el parque, el llamado Valle Salino y el Valle Panamint. Sin embargo, dentro del propio Parque se pueden encontrar grandes diferencias, grandes contrastes entre las altas cordilleras que rodean a todo el Valle de la Muerte, y que sin duda, compone todo un espectaculo visual y geológico de los minerales y piedras que componen este peculiar lugar de la Tierra.

Durante millones de años, los fuertes acontecimientos climatológicos han ido haciendo mella en este Valle, por lo que es una zona geológica que ha sido sometida a una gran cantidad de elementos que han ido moldeando el paisaje. Y todavía hoy en día sigue produciéndose. Condiciones extremas durante cuatro períodos volcánicos, otros períodos de sedimentación, llegando a dos glaciaciones, y el aspecto actual. Aun así, y a pesar de su nombre, en lo que se refiere a geología el terreno es muy abundante y hoy en día todavía continúa en un período de transformación que, según indican los expertos, llevará a su colapso o hundimiento.

Sin embargo, uno de los espectáculos más brillantes que se pueden encontrar en el Valle de la Muerte, son las “Dunas de Arena”. Situadas en la zona más al Norte del Valle, tienen un fácil acceso por carretera, y son tan peculiares porque han sido el objeto de escenario de varias producciones de Hollywood, tales como la serie de películas de ‘Star Wars’.

Cientos de kilómetros de un paisaje totalmente abandonado, desértico, cuyo máximo interés por los turistas solo parece ser salir de allí lo antes posible. Pero sin embargo, si el viajero se adentra en lo más profundo de su paraje natural, si consigue rodearse del silencio absoluto y de la compañía de uno mismo, comprenderá la importancia de muchas cosas de la vida. Porque a veces se necesita no tener nada para encontrar lo que uno más necesita. Porque como bien dice su nombre, el Valle de la Muerte ayuda a volver a nacer para encontrarse a uno mismo.

Burj Khalifa



La gran ciudad de los Emiratos Árabes, Dubai, se propuso ser toda una ciudad de referencia en el mundo, y poco a poco, lo está consiguiendo. Considerándose ya la zona más rica de todo el planeta, los logros que la ciudad ha conseguido en los últimos años son realmente espectaculares. Todas las hazañas que se propone el hombre en cuanto a construcción, muestran que es posible gracias al gran escaparate que se puede encontrar en Dubai. Hoteles, rascacielos, restaurantes de lujo, tiendas de ocio y joyas, y un largo etcétera de lujo, dinero y glamour se concentran en esta increíble ciudad, accesible sólo para unos pocos. Y por supuesto, cabe destacar el magnánimo edificio nombrado como el más alto del mundo, el emblemático Burj Khalifa.

Con una altura total de 828 metros, conforma cuatro veces más la altura del rascacielos más grande de Londres, casi tres veces más alto que el Empire State de Nueva York, y dos veces más alto que las Torres Petronas de Kuala Lumpur. Todo un monstruo de las alturas, y todo un símbolo en los grandes avances que hace el ser humano. Las comparaciones afirman que habría que poner tres torres Eiffel, una encima de otra, para poder llegar a su altura auténtica, todo un ejemplo de superación en el campo arquitectónico.

El origen de la idea se situaba en Australia, lugar donde se iba a construir en primera instancia el edificio bajo el nombre de Grollo Tower. Sin embargo, el poder de ansia y superación de Dubai arrasó con la idea, y la compró a un precio desorbitado, además de haberle incluido al proyecto 228 metros más de altura. Durante su construcción, no se desveló ningún detalle de cuánto iba a medir finalmente, e incluso se pensaba que lograría superar el kilómetro. Aunque a pesar de no llegar, poco le ha faltado.

Como era de esperar, el lugar más alto del mundo, tiene que proporcionar el mejor servicio del mundo. Y así es, ya que desde lo más alto del rascacielos, se puede acceder al mirador para contemplar las mejores vistas jamás pensadas. Eso si, tratándose de Dubai, lo que hay que tener claro es que tal privilegio supondrá un gasto extra, aunque sin duda, seguro que merecerá la pena subir a lo más alto del edificio más alto.

Como era de esperar, la Torre situada en los Emiratos Árabes, debía de pertenecer a alguien. Y en efecto, la propiedad pertenece al Emir de Dubai y a toda su familia. La empresa Emaar, dueños de medio Dubai, ha invertido gran parte de su fortuna en la creación de este megaedificio, incluyendo hasta sobrinos de todo el mundo. El objetivo de esta familia de hiper ricos, es tener en breve más de 150 centros comerciales en Emiratos, India, África y Oriente Medio. Con proyectos en todo el mundo, incluyendo Europa, es una de las mayores inmobiliarias de todo el planeta. El Burj Khalifa ha conseguido una cantidad importante de títulos y récords, que lo han posicionado en tan buen lugar, que los beneficios invertidos se han recuperado muy rápidamente. Así, entre sus títulos más importantes constan el de Edificio más alto del mundo, Edificio con más número de plantas, Piscina a más altura del mundo, Mayor estructura construida por el hombre y, aunque parezca increíble, ha conseguido también la Sombra proyectada por un edificio más larga del mundo.