jueves, 7 de junio de 2012

Mantos de picos de hielo secos

La nieve puede adoptar formas tan caprichosas como lo son los llamados “penitentes”, formaciones de pináculos de nieve que se encuentran en zonas de alta montaña y que no es difícil encontrarle un parecido con procesiones de monjes con capuchas blancas. Éste fenómeno se produce con mayor frecuencia en zonas de montaña de Argentina y Chile, a lo largo de los Andes, y tiene más relación con el efecto de la luz solar que con el viento.






Los penitentes tienen la forma de hojas delgadas y endurecidas de nieve o hielo que tienen una orientación marcada por la luz solar. Algunos penitentes pueden alcanzar hasta 5 metros de altura siendo un obstáculo a veces muy “molesto” para escaladores y excursionistas de montaña.










































Profundizando sobre su formació, inicialmente, los rayos del sol causan hoyuelos al azar en la superficie de la nieve. Una vez que tal hoyuelo se forma, la luz solar puede ser reflejada en el hoyuelo, aumentando la sublimación localizada. Éste proceso continua hasta que se forman depresiones profundas, dejando en pie los picos de hielo.

Si alguna vez nos encontramos atravesando una zona de alta montaña, es probable que nos encontremos con éste ejército de hielo custodiando algunos de los picos más imponentes de la cordillera.

Catarata Detian

Aguas que caen graciosamente como hilos blancos por entre medio de las rocas dándole a este paisaje exuberante una magia particular. Así es la catarata Detian, que es transnacional porque se encuentra entre las fronteras de China y Vietnam y cuyas dimensiones la hacen ser la segunda más grande de Asia en su tipo.




La Catarata Detian es la principal de todo el conjunto y se visita desde el lado chino del río Guichun, siendo el gran atractivo del lugar. Por su parte, la Cascada de Gioc está en la parte vietnamita del río y es también muy bella por lo que no hay que dejar de conocerla para entender en su totalidad este sistema acuático.

Las caídas de agua van descendiendo en tres niveles distintos armando una postal maravillosa. La parte china del complejo donde están las Cascadas se extiende por 120 metros de ancho y la vietnamita por 200. Pararse frente a ellas es ver toda la fuerza y la delicadeza, a la vez, de la que es capaz la naturaleza.






Al llegar al llano, los hilos de agua descansan en una piscina tan ancha y calma como un gran espejo, cuya profundidad sobrepasa los treinta metros. Allí, algunos pescadores llegan a diario para obtener unos peces muy particulares que se reproducen en el estanque natural. A la par que esperan que tiran sus redes, entonan melodías folclóricas haciendo de esta rutina un momento realmente alegre y pintoresco.










No hay que dejar de conocer el Lago Quiaomiao, el Río Guichun que pasa por la frontera, el río Heishui, la Cascada Shatun y demás sitios que incluyen tanto reliquias culturales como animales locales que harán que entiendas toda la historia de este rincón asiático. Además, su buen clima –aunque muy lluvioso- hace que cualquier momento del año sea bueno para viajar a la Cascada más bonita de China.