
Oceanía comprende la infinidad de islas, islotes y atolones esparcidos por el océano Pacífico que se puede agrupar de acuerdo con distintos criterios. Uno de ellos es la clásica división en Melanesia, Micronesia y Polinesia, que responde a la distribución geográfica de las islas, a su tamaño y a la composición étnica de sus habitantes.
En tal sentido, Melanesia correspone a los archipiélagos situados al nordoeste de Australia y este e Indonesia, es decir, Bismarck, Salomón, Nuevas Hébridas (o Vanuatu), Nueva Caledonia, etc. Se trata de islas de origen terciario; por esa razón se registra en ellas una marcada actividad volcánica. Debido a su cercanía al ecuador poseen un clima cálido y húmedo. Están habitadas por etnias de piel muy oscura, que han dado el nombre a este conjunto.
Micronesia comprende una serie de archipiélagos formados por islas muy pequeñas (de ahí su nombre), que se encuentran en el sector occidental del Pacífico. Las principales son las Marianas, las Palaos, las Carolinas y las Marshall. Algunas islas son de origen volcánico, pero la mayor parte son de formación coralina. Están habitadas por las mismas etnias que las de Polinesia, con rasgos mongoloides más acusados.
Polinesia integra un conjunto de islas que ocupa un extenso sector del Pacífico Oriental, entre ellas las Hawai, Line (de la Línea), Marquesas, Tuamotu, Tubuai, Cook y Samoa. La mayoría de ellas tienen origen volcánico; están orladas por arrecifes coralinos y pobladas por etnias caracterizadas por la perfección del tipo físico, que fueron diezmadas por las enfermedades introducidas por los europeos.
El poblamiento primitivo de las islas oceánicas se originó en las migraciones de diversos pueblos asiáticos en el pleistoceno medio, a raíz de la intensificación de las grabaciones. Los grupos étnicos asentados en la Polinesia alcanzaron un grado de desarrollo bastante elevado y se distinguieron en el arte de la navegación, expandiendo modalidades de la cultura polinesia hasta los rincones más recóndidos del Pacífico.
Los viajes de portugueses y españoles por la ruta de las Indias, en el siglo XVI, abrieron el periodo de la presencia europea en las islas, cuya explotación sistemática fue llevada a cabo por británicos y franceses a partir de 1750. El proceso de colonización fue emprendido, en primer lugar, por los británicos. La lucha entrre las potencias europeas por la posesión de las islas no se liquidó hasta finales del siglo XIX, cuando el conjunto insular fue repartido entre Gran Bretaña, Francia, EEUU y Alemania.
En fin de la Segunda Guerra Mundial trajo consigo una paulatina descolonización de las islas, que desde el punto de vista económico y político tienden naturalmente a girar en torno a Australia, aunque desde el punto de vista militar cuenten aún con la presencia de múltiples bases europeas y norteamericanas.
Micronesia comprende una serie de archipiélagos formados por islas muy pequeñas (de ahí su nombre), que se encuentran en el sector occidental del Pacífico. Las principales son las Marianas, las Palaos, las Carolinas y las Marshall. Algunas islas son de origen volcánico, pero la mayor parte son de formación coralina. Están habitadas por las mismas etnias que las de Polinesia, con rasgos mongoloides más acusados.
Polinesia integra un conjunto de islas que ocupa un extenso sector del Pacífico Oriental, entre ellas las Hawai, Line (de la Línea), Marquesas, Tuamotu, Tubuai, Cook y Samoa. La mayoría de ellas tienen origen volcánico; están orladas por arrecifes coralinos y pobladas por etnias caracterizadas por la perfección del tipo físico, que fueron diezmadas por las enfermedades introducidas por los europeos.
El poblamiento primitivo de las islas oceánicas se originó en las migraciones de diversos pueblos asiáticos en el pleistoceno medio, a raíz de la intensificación de las grabaciones. Los grupos étnicos asentados en la Polinesia alcanzaron un grado de desarrollo bastante elevado y se distinguieron en el arte de la navegación, expandiendo modalidades de la cultura polinesia hasta los rincones más recóndidos del Pacífico.
Los viajes de portugueses y españoles por la ruta de las Indias, en el siglo XVI, abrieron el periodo de la presencia europea en las islas, cuya explotación sistemática fue llevada a cabo por británicos y franceses a partir de 1750. El proceso de colonización fue emprendido, en primer lugar, por los británicos. La lucha entrre las potencias europeas por la posesión de las islas no se liquidó hasta finales del siglo XIX, cuando el conjunto insular fue repartido entre Gran Bretaña, Francia, EEUU y Alemania.
En fin de la Segunda Guerra Mundial trajo consigo una paulatina descolonización de las islas, que desde el punto de vista económico y político tienden naturalmente a girar en torno a Australia, aunque desde el punto de vista militar cuenten aún con la presencia de múltiples bases europeas y norteamericanas.
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